Recordamos En Noviembre: Vicky Starr

Por Staughton Lyndvickystarr

Traducido por X378240 y X363823 (Chicago, IL, EEUU)

Cuando mi esposa y yo entrevistamos a Vicky Starr, en 1969 y 1971, para una colección de historias orales llamada Rank and File, Vicky se llamaba “Stella Nowicki” porque no quería que su patrón (La Universidad de Chicago) en aquel momento supiera de sus actividades radicales en los años 1930.  Cuando la entrevistamos otra vez para una segunda colección, más de 25 años más tarde, se había jubilado y no tuvo problema con usar su nombre verdadero.

Vicky Starr era la hija de inmigrantes europexs del este. Creció en una granja en Michigan.  “No teníamos electricidad.  Teníamos baños afuera.”  A los 17 años Vicky se escapó de su casa porque “no había suficiente dinero para alimentar la familia durante la [Gran] Depresión.

El padre de Vicky era minero de carbón y compró “unos pocos libros sobre Lenin y Gorky.”  Ella recordó que cuando se ejecutaron a Sacco y Vanzetti “la gente nacida en el extranjero lloró sus muertes por una semana.”  La familia practicó lo que el padre de Vicky describió como una idea socialista, “No trabajar, no comer.”

Agnes, una mujer de Chicago, había venido a la granja por su salud.  Agnes invitó a Vicky que volviera a Chicago con ella.  Primero Vicky vivió con la familia de Agnes y a través de ellos conoció a un miembro de la Liga Juvenil Comunista1 llamado Herb March.

Vicky hacía trabajo doméstico por $4 semanales y lo odiaba.  Herb March le sugirió que consiguiera un trabajo en el distrito de la industria de carnicería.  Vicky empezó en el “cuarto de cocinar” donde las mujeres cortaban grandes trozos de carne en pedazos más pequeños para hacer guiso.  Trabajaba turnos de seis horas, ganando 37,5 centavos a la hora.

En el piso de abajo las mujeres hacían salchichas y un día los dedos de una mujer quedaron atrapados mientras metía carne por la tajadera. Se cortó los dedos.  Todos los seis pisos pararon su trabajo y se sentaron.  La compañía instaló dispositivos de seguridad.  Pero Vicky fue identificada como líder y fue despedida.

Un amigo fue llamado otra vez a ir al distrito de la industria de carnicería pero tenía otro trabajo y no quería ir.  Usando el nombre del amigo, Vicky volvió.

Líder comunista William Z. Foster y otros organizadores profesionales pasaban por Chicago y celebraban reuniones.  Se escribieron folletos.  Estudiantes de la Universidad de Chicago, que no podían ser despedidos, los repartían en la entrada antes de trabajo.  El Orden Internacional de Trabajadores2, que le ayudaba dar subsidios de enfermedad y seguros a la gente, les daba acceso a los organizadores sindicales a un gran número de simpatizantes potenciales.  Vicky se afilió a La Hermandad Católica3 y La Asociación Cristiana de Mujeres Jóvenes4.

En el trabajo, las mujeres con quienes Vicky trabajaba practicaban la solidaridad con la limitación de su producción dentro límites acordados. Pero no querían pagar cuotas sindicales. Otra vez era la salud y la seguridad que abrieron la puerta. Una de las mujeres se quedó paralizada por el aire frío intermitente, a que la línea estaba expuesta. Y se murió.  “Dentro una semana organizamos todo ese departamento.”

Con frecuencia las mujeres en verdad trabajaban más duro que los hombres y ganaban menos. Adentro de la unión, solo los hombres recibieron los trabajos de personería. “Yo era invitada a salir por hombres y me preguntaban por qué estaba en el sindicato, así que decía que yo apoyaba el socialismo.” Vicky aprendió a jugar billar y boliche y así juntaba hombres al sindicato.

En 1938, 1939, 1940 lxs trabajadores de empacadora no tuvieron derechos de negociación. Había un “fermento tremendo” recordó Vicky: “Se tenía la sensación que la gente estuviera lista a juntarse, a protegerse . . . . Algunos fueron despedidos, pero cuando lo hicieron lxs trabajadores simplemente cerraron completamente el departamento.”

Por los años 1940 el sindicato traía un camión con altavoces y miles de personas venían para reuniones en medio del distrito de la industria de carnicería al mediodía. “El liderazgo sindical negociaba dentro una planta particular sobre una queja [y si] el problema no se resolvía en un cierto tiempo el departamento entero abandonaría el trabajo.”

En 1945, con el sindicato reconocido y la guerra terminada, Vicky salió de la industria de empacar. Se casó con un linotipista del Chicago Tribune y tuvo tres hijxs. Alrededor de 1950 regresó a trabajar como secretaria en La Universidad de Chicago.

La Junta Nacional del Trabajo [JNT]5 decidió que “el grupo de negociación apropiado” era compuesto de oficinistas por todo la universidad. Había 1.800 de ellxs. Más que dieciocho edificios tenían que ser organizadas.

Después de que los otros sindicatos habían intentado y fracasado, los Teamsters lanzaron una campaña. Vicky no necesitaba al presidente del sindicato local que ganaba $200.000 al año. Pero veintiún delegadxs sindicales fueron elegidxs por voto secreto en una elección de la JNT y Vicky–que en ese momento trabajaba en el Departamento de Educación—era una de ellxs. Dieciocho de lxs nuevxs delegadxs eran mujeres.

Como en el distrito de la industria de carnicería, las quejas fueron perseguidas y ganadas antes de que los patrones reconocieron el sindicato. Y después del reconocimiento “lxs delegadxs sindicales se constituyeron en un comité de negociación.”

Vicky trabajó diez años más después que el sindicato fue reconocido. Recordó que fue al hospital universitario por razones médicos después de que se retiró. Amable como siempre, conversó con lxs secretarixs. Les dijo “Ayudamos organizar el sindicato,” y le dijeron, “Muchísimas, muchísimas gracias.”

UawVicky nos introdujo a dos amigas, Katherine Hyndman y Sylvia Woods, y las tres se hicieron protagonistas en el documental Union Maids6. Sylvia, una afroamericana, ayudó a organizar un local del UAW7 en Bendix durante la Segunda Guerra Mundial. Memorablemente, declaró en su entrevista en Rank and File: “Nunca teníamos [la deducción] de cuotas sindicales. No queríamos eso. Decíamos que si hay una empresa con un sindicato y la deducción cuota, todos se sientan y no tienen que preocuparse con organizar y no les importa lo que pasa. Nunca quisimos eso.”

Durante sus años mayores Vicky Starr también se separó de su esposo y se hizo a una defensora ardente por la liberación de mujeres.

Dice Vicky al final de Union Maids: “Hay algo potencial tremendo en la gente laborista, en la gente trabajadora, y en la gente sindicalista. . . . Son muy democráticos. Hay una militancia tremenda abajo de la superficie que se levantará y saldrá.

Vicky Starr murió en noviembre 2009.

Notas

1) “The Young Communist League”

2) “The Interntional Workers’ Order”

3) “Catholic Soldality”

4) “The Young Womens’ Christian Association”

5) “The National Labour Relations Board”

6) “Mujeres Sindicalistas”

7) El sindicato United Automobile Workers—Trabajadores Automotrices Unidos.

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– Este texto apareció originalmente en el “Industrial Worker” (noviembre 2010)

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