Escrito por M. Jones
A lo largo de la historia, los trabajadores se han unido y organizado en defensa de sus intereses comunes de muchas formas. A veces, dos trabajadores que están cerca uno del otro se ayudan mutuamente y se hacen el trabajo un poco menos difícil. Otras veces, cuando son muchos, pueden controlar la velocidad de la producción y las condiciones del trabajo. A veces incluso forman sindicatos en sus empresas y hasta pueden representar a todo un sector productivo y ejercer su influencia sobre los patrones. Cualquiera de estas formas es válida. En cada una se desafía el aislamiento que existe en otros aspectos de nuestras vidas. En estas relaciones observamos lo que significa la acción colectiva y el control de los medios de producción. Al unirnos, adquirimos un poder que no tenemos como individuos y que podemos utilizar para nuestro beneficio.
Esta unidad que formamos con nuestros compañeros de trabajo es la base de nuestra organización, la base del sindicalismo y del movimiento obrero. Esta unidad que nace el centro de trabajo es intensa y viene de nuestras interacciones y nuestras luchas diarias.