Escrito por M. Jones
A lo largo de la historia, los trabajadores se han unido y organizado en defensa de sus intereses comunes de muchas formas. A veces, dos trabajadores que están cerca uno del otro se ayudan mutuamente y se hacen el trabajo un poco menos difícil. Otras veces, cuando son muchos, pueden controlar la velocidad de la producción y las condiciones del trabajo. A veces incluso forman sindicatos en sus empresas y hasta pueden representar a todo un sector productivo y ejercer su influencia sobre los patrones. Cualquiera de estas formas es válida. En cada una se desafía el aislamiento que existe en otros aspectos de nuestras vidas. En estas relaciones observamos lo que significa la acción colectiva y el control de los medios de producción. Al unirnos, adquirimos un poder que no tenemos como individuos y que podemos utilizar para nuestro beneficio.
Esta unidad que formamos con nuestros compañeros de trabajo es la base de nuestra organización, la base del sindicalismo y del movimiento obrero. Esta unidad que nace el centro de trabajo es intensa y viene de nuestras interacciones y nuestras luchas diarias.
Las primeras dos formas de unión mencionadas son incompletas. Se puede hacer poco si un grupo de dos o tres trabajadores se mantiene aislado. Incluso si empezamos a controlar informalmente la producción, aún podríamos estar aislados dentro de una empresa grande o todo un sector productivo. Debemos extender estas relaciones a toda la organización. Hay que considerar a los pequeños grupos como semillas o como células dentro de un gran músculo, un músculo que requiere ejercicio constante.
La organización de estos pequeños grupos crece como consecuencia de algún problema o como parte de una campaña por algún objetivo. Esto afecta a otros trabajadores y la organización comienza a encontrar otros problemas laborales y otros objetivos por los que luchar. Todo esto sucede de manera informal a menudo. No deberíamos dar por supuesto que los trabajadores no son capaces de actuar fuera de una organización formal. Las acciones pequeñas e informales se suceden en todas partes. Los trabajadores empiezan a ver su propio poder en este contexto, aunque a pequeña escala inicialmente. Estas relaciones informales tienen que formalizarse para poder alcanzar una posición de fuerza y presionar con exigencias.
Así como avanza la lucha, se va formalizando y se convierte en un instrumento de la lucha de clases. Pasa de ser un grupo de amigos o conocidos que quieren mejorar las condiciones de trabajo a un grupo de trabajadores exigiendo un cambio de las relaciones laborales con exigencias y acción directa. En esta acción debemos unirnos y afrontar los problemas directamente. Esto quiere decir no depender en terceros, del Estado, de abogados o de la prensa para reforzar nuestras exigencias, sino haciéndolo nosotros mismos, con otros obreros dentro y fuera del centro de trabajo. Esto es la acción directa y se presenta en el terreno de la lucha informal y formal. En esta lucha, nos definimos como grupo por nuestra relación con el patrón y la producción, de manera tal que no es posible cuando actuamos individualmente. Es entonces cuando actuamos como la clase obrera, como grupo que defiende sus propios intereses.
Cuando todos nos identificamos como parte de este grupo, el motivo por el que nos organizamos nos afecta como clase con intereses diferentes de la clase empresarial. Y a través de estas acciones comenzamos a ver lo que es posible, no solo para nosotros y nuestras familias, también para nuestros compañeros de trabajo, para nuestra organización y para el sindicato.
Mediante estas pequeñas semillas, los grupos laborales informales, la organización y la acción directa, es cómo nos definimos como clase. Dejamos de ser individuos, vulnerables a los caprichos de los patrones, y nos convertimos en una fuerza con intereses propios.
Trabajadores Industriales del Mundo: somos un sindicato abierto a todes les trabajadores, en todas partes. Nos organizamos en el trabajo y en nuestras industrias. Luchamos por mejores condiciones y para reemplazar el capitalismo con una democracia económica.
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