Por Victor Hugo Rios
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En más de una vez he escuchado a compañeros y amigos decir que no les han pagado, que tardan en pagarles, o simplemente que trabajamos horas interminables para ganar lo mismo. A mi me ha pasado, he trabajado más de doce horas por el mínimo, o me he aventado a trabajar en obras donde el salario no es más que la desesperación de no encontrar otra cosa. He visto accidentes, despidos, gritos y coraje. Harto coraje en la gente.
Pero también mucha desunión, desconfiamos de nuestras fuerzas, de nosotros mismos, de los demás. Nos han enseñado que no podemos, que estamos destinados a perder, a ganar para sobrevivir, a no hacerla. Nos han enseñado que estar unidos no sirve de nada, y que los sindicatos sólo sirven para defender al patrón…
Cuando oímos la palabra “sindicato” vienen a nuestra mente todas las cosas malas que han hecho los sindicatos actuales: corrupción, nepotismo, pillaje, etc etc etc. Y es que en eso han convertido al sindicalismo moderno, no podemos decir menos ante los carros de oro del sindicato petrolero, o los Hummer de Elba Ester Gordillo, ejemplos sobran.
La patronal lo logró, impulsó tanto la idea de que un sindicato no sirve de nada que ahora los primeros en rechazarla somos los trabajadores, mientras los patrones tienen sus sindicatos patronales, sí, la COPARMEX es un sindicato patronal.
Nos han vendido por décadas la idea de que los sindicatos van a hacer que nos corran del empleo, que sólo se van a quedar con el dinero, que van a vender a los trabajadores y que si uno está en desacuerdo traerán problemas. Y es cierto, “sus” sindicatos es lo que están acostumbrados a hacer, son sólo extensiones de la patronal. No tienen que ver con la verdadera organización de la clase obrera.
Pero hoy es el momento de decir ya estuvo bueno, es el momento de abrir los ojos y dejar de escucharlos. Son ellos, los patrones, los que compraron a los sindicatos, son ellos los corruptos. No podemos seguir creyendo a los patrones cuando nos dicen que los sindicatos no sirven, no podemos seguir dejando que alguien nos diga que no podemos hacer algo honesto, digno, solidario.
Es el momento de revivir nuestros sueños de unidad y justicia, tenemos un sueño, y debemos defenderlo. Sólo alguien que no puede hacer una cosa te dirá que tú tampoco puedes, si quieres algo, necesitamos ir por ello. Pero en unidad, trabajando codo a codo.
Hoy el llamado es a la unidad, a renacer la herramienta sindical, a participar en las reuniones, realizar trabajo de base y sí, a cumplir con nuestra cuota sindical. La cuota sindical es la base de la solidaridad entre las organizaciones obreras, con ella se crean fondos de resistencia para los huelguistas, con ella creamos los periódicos, con ella se hace acto de presencia para las movilizaciones.
Es necesario, hoy más que nunca, crear las herramientas adecuadas para la lucha que enfrentamos. Hay que crear nuestro sindicato, tuyo, mío, de aquel.
No podemos dejar de luchar por nuestros sueños, y el sindicato es el lugar donde hacerlos realidad.
Afíliate!!
Únete!!
Por un sindicato a deveras!!!
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