Por Rasmus Hästbacka
Este artículo está escrito desde un punto de vista sueco. He estado activo en varias formas de trabajo sindical durante más de 20 años. En el mercado laboral sueco hay ciertos mitos sobre la acción sindical que están muy generalizados. Estoy pensando en seis mitos en particular que son devastadores para el trabajo sindical.
Mi impresión del mercado laboral estadounidense es que allí existen los mismos mitos. Si mi percepción es correcta, entonces las siguientes palabras también podrían ser valiosas para los lectores estadounidenses.
Los seis mitos son los siguientes:
(1) El primer mito es que el negociador sindical es el salvador. Es la idea de que los negociadores hábiles pueden lograr grandes victorias para el colectivo de trabajadores. Esto sería más o menos como tener un equipo de fútbol sentado en las gradas del estadio esperando que el entrenador gane los partidos. Es la presión de los trabajadores de planta lo que dará ganancias tangibles para esos trabajadores. Sin presión de los trabajadores en la zona de producción, habrá poco o ningún resultado.
(2) El segundo mito es que se necesite que haya un Superman entre los empleados del sindicato. Esta es la noción de que los verdaderos luchadores sindicales son hombres machos de mediana edad que golpean la mesa con los puños. Excepto que en realidad la fuerza sindical no se basa en la “resistencia” de un individuo, sino en las buenas relaciones entre compañeros de trabajo. Todo el mundo es vulnerable y por eso se necesitan sindicatos. Nos volvemos fuertes cuando construimos una comunidad y la confianza entre los trabajadores.
(3) El tercer mito es que el trabajo sindical debería estar a cargo de profesionales pagados, o de activistas que sacrifican todo su tiempo libre. No, tu y tus colegas son los verdaderos expertos. Conoces tu trabajo, conoces el lugar de trabajo y puedes encontrar la manera de proceder adelante. La educación y capacitación sindical es para todos los empleados, no es algo deba acaparar un grupo de activistas o profesionales.
(4) El cuarto mito es que la Ley es una varita mágica. Es la idea de que si tu conoces la Ley y despliegas abogados ante los empleadores, se podrán garantizar buenas condiciones de trabajo. No. La ley laboral es básicamente un resguardo de la posición superior de los empleadores. En algunos casos, sí, las leyes se pueden usar como protección contra los ataques de los empleadores. Sin embargo, sobre todo, es la presión colectiva de los trabajadores lo que hace avanzar el frente.
(5) El quinto mito es que el sindicato más grande = el mejor sindicato. No, no necesariamente. El sindicato más grande puede ser una cáscara vacía o una burocracia muerta. No nos hacemos fuertes solo por la cantidad de afiliados. Nos fortalecemos y nos mantenemos fuertes al tener muchos compañeros de trabajo que están comprometidos y actúan juntos como un sindicato. El mejor sindicato es, por tanto, la organización que promueve la cohesión de los trabajadores y la acción colectiva. Es una organización basada en la democracia de los miembros, la solidaridad en el trabajo y la acción independiente. Así los afiliados tienen el respaldo del sindicato y el poder de decisión en sus manos.
(6) El sexto mito es que las huelgas son la única o la mejor arma de los trabajadores. La polémica es que las huelgas dañan las finanzas de los empresarios. Entonces, con esta lógica, la acción sindical en el sector público carece de sentido. Es cierto que las huelgas impactan a los ingresos de los empresarios privados, pero no tienen el mismo efecto para los empleadores públicos. Sin embargo, los trabajadores pueden presionar a los empleadores del sector público incluso si no pueden impactar a las billeteras privadas de los gerentes. Un ejemplo podría ser la huelga sentada dentro de las oficinas de la gerencia. Los trabajadores creativos también pueden encontrar alternativas a la huelga. Cuanto más grande sea la caja de herramientas sindicales, mejor.
Quiero animar a todos los organizadores y delegados sindicales a hacer desaparecer a los seis mitos en sus lugares de trabajo. La principal fuente de fuerza sindical es que los colegas se mantengan unidos y actúen juntos. Por supuesto, es valioso contar con negociadores y abogados hábiles, camaradas pagados y activistas de apoyo. Pero estos recursos son un complemento (y no un sustituto) a la propia lucha de los trabajadores.
Rasmus Hästbacka es un abogado y afiliado del sindicato sindicalista sueca SAC. Una versión anterior fue publicada en el periodico de sindicato sueca Arbetaren. También fue publicado en el Industrial Worker, el 23 de febrero de 2023.
Foto por Adam Ihse: Una manifestacion de SAC en Gothenburg, 2013.
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